Nueva Entrevista con nuestro Secretario General

CatholicEcology.net es un blog basado en Rhode Island, EEUU que publica artículos y noticias relacionadas con la fe católica y
el medio ambiente. Comentarios científicos, teológicos y las últimas noticas de la ecología dentro y fuera de la Iglesia están entre las típicas posts de este blog.

Hace poco publicaron una entrevista con nuestro secretario general, Michael Taylor. En la misma, Taylor describe tanto la génesis y razón de ser del Instituto como su visión hacia el futuro. También habla de su nuevo libro, los proyectos actuales y futuros que tiene el Instituto, su alianza con Saint Joseph’s College of Maine, y cómo debemos acercarnos a la encíclica Laudato Si’.

Estamos traduciéndola ahora pero mientras os dejamos el enlace con la entrevista en inglés: https://catholicecology.net/blog/reconsidering-essence-and-foundation-reality

Aquí sigue la entrevista completa:


Catholic Ecology: Me parece que muchas de la respuestas a las enseñanzas de la Iglesia sobre la ecología se enfocan en aplicar y/o involucrar los sistemas mundiales del poder para lograr un cambio de políticas en los gobiernos y las salas de juntas. ¿Enfrenta las cosas de otra manera el Instituto Laudato Si’? ¿Cómo?

Michael Dominic Taylor: La encíclica Laudato Si’ es, en primer lugar, una encíclica social en la línea de Rerum Novarum y Pacem in Terris. Como el Papa San Juan XXIII, quién dirigió su encíclica “a todos los hombres de buena voluntad”, el Papa Francisco busca con Laudato Si’ “entrar en diálogo con todos” (LS, 3). Quizá a nuestra percepción humana, asuntos como la guerra nuclear inminente en los tiempos de Pacem in Terris y las crisis ecológicas actuales sólo pueden ser medidas por los poderes mundiales y no por una persona cualquiera. Sin embargo existe una unión mística de toda la humanidad en la cual la santificación de una sola persona verdaderamente santifica y mejora el mundo. De la misma manera, creemos que, mientras pasos políticos son necesarios y la tecnología también debe jugar un papel importante para prevenir el colapso de nuestras ecosistemas, existe una lucha dentro de cada uno de nosotros.

El mensaje de la Laudato Si’ contiene recomendaciones que sólo los poderes mundiales pueden implementar, pero también contiene un mensaje – más universal y más importante – de transformación espiritual. En su homilía inaugural el Papa Emérito Benedicto XVI dijo que “los desiertos externos del mundo están creciendo, porque los internos se han vuelto demasiado grandes”. El Papa Francisco ha hecho eco del llamado del Papa San Juan Pablo II a “una conversión ecológica” (LS, 5). Mientras nosotros, como Instituto, estamos dedicados a todos los aspectos – ecológicos, económicos, sociales, políticos, éticos – de las crisis actuales, entendemos que la relación entre el hombre y la naturaleza ha de dar testimonio a la armonía divina de todos los seres y estar basada en la custodia de todos.

La crisis ecológica es una crisis íntegra de lo humano que no tiene solución fácil. Debemos recordar las palabras de Cristo: “¿de qué le aprovechará al hombre ganar todo el mundo, si pierde su alma? (Mc 8,36). Comprendemos que cada uno de nosotros debe poner su grano de arena. Y el núcleo central de cada una de nuestras contribuciones es dejarnos transformar por Dios en hombres y mujeres nuevos. No vamos a resolver los problemas que hemos creado con nuestra actual manera de hacer política, economía y tecnología usando las mismas herramientas que nos han traído hasta aquí. Es precisamente la “deificación” de éstas la que generó los problemas.

Todos hemos de hacer nuestra parte según el máximo de nuestras capacidades, no para llegar a un nivel superior de bienestar mundano, si no para ser santos en nuestros esfuerzos a favor de un mundo mejor. La Iglesia siempre se ha preocupado por el estado del mundo pero principalmente en el sentido de estar preocupado por el bienestar, temporal y eterno, de cada persona. Esta es la visión que subyace la labor del Instituto.

Por eso, estamos trabajando donde creemos poder tener el mayor impacto en las vidas de las personas y las comunidades. Nuestros proyectos se desarrollan en una gran variedad de ámbitos: desde la exposición “Hermana Madre Tierra” (en las palabras de San Francisco) que presentó la visión de la Iglesia sobre la custodia de la creación; un huerto urbano detrás del seminario de la ciudad donde residentes pueden plantar sus propios cultivos con la ayuda de los seminaristas; nuestro certificado internacional on-line sobre la ecología integral en colaboración con la universidad de Saint Joseph en los estados unidos, hasta los proyectos de desarrollo en comunidades necesitadas de la sierra de Granada. Como suele decir el Arzobispo Monseñor Martínez, o simplemente “Don Javier” como prefiere él, la Iglesia se interesa por todo porque el cristianismo se trata de todo.

CE: ¿Como comenzó el Instituto? Cuéntanos de algunos de sus fundadores.

Taylor: Muchos de los miembros fundadores se conocen desde hace más que diez años y han estado trabajando en los ámbitos de la conservación, las ciencias ambientales, la filosofía y la teología. El Instituto ha sido un sueño durante muchos años. Creo que todos sentimos el Espíritu soplar cuando la encíclica Laudato Si’ se publicó en Pentecostés del año 2015. Pero el momento definitivo vino cuando Monseñor Martínez invitó al profesor Pablo Martínez de Anguita a dar una charla sobre la encíclica en Granada un año y medio después. El Arzobispo, habiendo sido criado en las montañas de Asturias, desea mucho aplicar la enseñanza social y ecológica de la Iglesia en su archidiócesis y en particular en las comunidades rurales. Pareció ser el momento adecuado y el Instituto fue erigido en la fiesta de Nuestra Señora de Fátima, en mayo 13 de 2016.

CE: Recientemente publicaste un libro titulado Hacia una ética ecológica integral: la renovación de la metafísica en el pensamiento de Stratford Caldecott. ¿Cómo ha influenciado Caldecott el Instituto y sus fundadores?

Taylor: El difunto Stratford Caldecott no solo fue un gran amigo de muchos de los miembros fundadores del Instituto sino también un verdadero visionario en la Iglesia, lo cual es evidente en sus libros y artículos. Fue un auténtico sabio cuyos intereses eran tan extensos que podría hablar hábilmente sobre la física cuántica, poesía ecológica, y la eutanasia a la vez. Pero no fue un pensador aislado; perteneció a la Iglesia con todo su corazón y a una comunidad de amigos, muchos de ellos, miembros fundadores del Instituto. El trabajo de Caldecott es una fuente de inspiración constante para el Instituto y lo consideramos como un miembro fundador más. Por eso aparece en la página de los miembros de nuestro sitio web.

Mi libro fue un humilde intento de congregar los elementos de su crítica y su visión ecológica, que fue tan metafísica como práctica. Espero que pueda llamar la atención a su obra, especialmente entre los que trabajan, en cualquier forma, con ámbito rural.

CE: El Instituto ofrece un Certificado On-line en Cristianismo y Ecología Integral. ¿Qué esperas de esta iniciativa, tanto para los que van a hacer el certificado como los involucrados en el proyecto?

Taylor: El Certificado en Ecología Integral es emocionante porque es la primera vez que algo tan comprensivo se ofrece por una universidad americana. Nuestra alianza con Saint Joseph’s College of Maine ha sido una bendición muy grande. El programa consiste en cinco cursos interdisciplinares que incluye dos semanas presenciales, uno en Maine (el estado más noreste de los EEUU) y uno en Granada. Promete ser una experiencia muy enriquecedora para todos.

Aunque los primeros cristianos sabían intuitivamente lo que significaba ser custodios de la creación, hoy nos enfrentamos a una serie de desafíos únicos y creemos que nosotros como católicos tenemos mucho para ofrecer. La manera de pensar moderna, dualista y tecnocrática tiende a analizar, dividir y segmentar la realidad, muchas veces perdiendo de vista el todo y viendo los retos siempre como si fueran conflictos. Al otro lado, mucho del pensamiento actual sobre el medioambiente tiende a identificar el hombre como el malo de la película. Ambas aproximaciones son muy materialistas y no logran identificar la raíz del problema, que se encuentra en las presuposiciones que tengamos sobre la realidad misma. El hombre y la naturaleza están íntimamente ligados como criaturas del mismo Creador quien es el Amor. Nuestra vocación es la custodia para el bien de todo lo creado. Este certificado será una exploración profunda de estas verdades.

CE: Cuando miras al mundo de hoy, y el movimiento ecológico, ¿cuáles son tus preocupaciones y cuales son tus esperanzas?

Taylor: Desde mi punto de vista, los movimientos ecológicos que existen alrededor el mundo tienen mucho para ofrecer. La tendencia de la sociedad para ver todas las cosas en términos de la economía, de poder y del progreso tecnológico lleva al hombre moderno a olvidar nuestra conexión y dependencia con la naturaleza. El riesgo es olvidar un elemento esencial de nuestra humanidad y una de las claves para la salvación de todo de lo creado: nuestro sentido del asombro. Muchos movimientos ecológicos resaltan estas preocupaciones pero sin una respuesta positiva a las preguntas que estas experiencias causan en nosotros temiendo frustrarse en sus intentos de arreglar lo que son, en realidad, las manifestaciones externas de un problema más profundo.

Caldecott abordó el problema así:

La mayoría de los en el movimiento medioambiental probablemente no ven la relevancia del misticismo, ni virtud personal, ni la ética a los grandes problemas de nuestros días. Para ellos es meramente un reto tecnológico o político. Intentarán tomar control de los mecanismos de poder y estarán cada vez más frustrados al descubrir que todos sus esfuerzos llegan a nada o empeoran las cosas. No quiero decir que la acción política no tiene su lugar, pero que la suposición que estos problemas son, en primer lugar, políticos es un error… La idea que arrojando dinero y poder a los problemas del mundo los va a resolver no toma en cuenta la naturaleza humana. Lleva a la creación de enormes imperios comerciales y políticos que inevitablemente se corrompen…

Creemos que para sanar la raíz de nuestra crisis ecológica debemos mirar no solo a la política ni la técnica si no a la totalidad de lo real y reconsiderar lo que tomamos por lo esencial y fundamental. Mi anhelo es que algunos escucharán al mensaje de la Iglesia cuando diga, “Que nuestras luchas y nuestra preocupación por este planeta no nos quiten el gozo de la esperanza” (LS, 244), la esperanza en nuestro Dios y Creador quien es el Amor y da vida a todas las cosas.

CE: ¿Hay algo más que te gustaría añadir?

Taylor: Me gustaría añadir que es muy importante una adecuada interpretación y educación en la encíclica Laudato Si’ para nuestros días. Muchos hablan sin haberla leído con detenimiento, buscando en ella sólo lo que quieren encontrar en vez de buscar lo que quiere decir el Papa. A algunos les gustaría pensar que se trata solo del cambio climático. A otros les gustaría minimizar su importancia por completo. ¿Quién entre nosotros puede afirmar que comprendemos completamente lo que el Espíritu Santo desea comunicar a la Iglesia y el mundo a través de este documento?

En mi opinión uno de los mejores y más profundos artículos sobre cómo hemos de leer la Laudato Si’ fue escrita por una de nuestros miembros fundadores, Mary Taylor, en la edición del invierno 2015 de la revista Communio de los EEUU (¡Quién, por cierto, es también mi madre!). Puedes encontrar su artículo, “Ecología de rodillas: leyendo Laudato Si’” aquí (inglés).